La UNE en la prensa

En esta sección se recopila la información sobre la UNE y sus asociados que se publica en las ediciones digitales de los medios de comunicación e Internet.

Tributo a la obra del jerezano Javier Fergo en Zaragoza Noviembre, 15, 2024

El horóscopo del talento no es un dado -tetraedro regular- que se despeña por la vertiente del destino. Esta cucharada de miel no está al alcance de todos los labios. El talento es anterior a la propia edad de quien exhibe su fontana de asombro. Proviene de los hondones de la mismidad. Talento rima con temperamento: ambas naturalezas innatas florecen a nativitate. Son consustanciales a la exclusiva conformación -y ulterior confirmación: esto es: proclamación- del ser. No debemos confundir talento con técnica ni temperamento con carácter. El talento -cuando despliega sus fértiles alas como una rúbrica infalsificable- se escribe y describe con la vitalicia letra ese de sempiterno. Sobrevive a la muerte -que es trasvase de planos pero no ebullición del agua-. Hay muchos adictos a la falsificación del talento: a la postre fallida intentona cuyo desenmascaramiento siempre queda a la intemperie. El talento no descansa en la impostura, no se ensimisma en la mirada bifronte, no confisca el veredicto de la certeza. El talento precisa de identidad no necesariamente desplegada al por mayor. El talento es sui generis, como el fondo medular de su autoría. El talento es distintivo y heterodoxo, como una conmovedora correlación de asuntos propios. El joven fotoperiodista, photojournalist, Javier Fergo desplegó -como la ‘Vida exterior’ del poema de Manuel Altolaguirre- un talento sensible y humanitario cuya función social derribó fronteras internacionales. Sus fotos, como el potencial introspectivo que aún conserva la celebérrima canción de Ana Belén y Víctor Manuel, abría murallas.

No incurro al voleo en un chovinismo de baratija porque la obra de Fergo ha sobrevivido con creces a su prematuro fallecimiento. De Jerez al universo. Varios años después del óbito el periodismo de carne y hueso que cultivó el bueno de Javier -tan jerezano de pura cepa como ciudadano del mundo- continúa sofocando cualquier transitoria encrucijada del espectador (para sumirlo en el permanente interrogante -elástico como un sentimiento encontradizo- de la reflexión). Las fotos de Javier vuelven del revés la condición de lo noticiable. Un silente discurso unitivo gravitaba detrás de la mirada de Javier, como un trasfondo de luz que enfocaba la inmortalidad -la consagración- del instante. En la secuencia oficiosa también prevalece el testimonio de la verdad (social). Recientemente la ciudad de Zaragoza ha rendido un nuevo tributo a su obra de reportero global. A veces pienso qué diría Javier si hubiese tenido que intervenir en estos homenajes post mortem, tan finos como la línea divisoria del recuerdo, y siempre me atengo al parafraseo de los versos del poeta de la generación del 27 José María Hinojosa: “Entre los troncos negros de un bosque interminable/ está mi cuerpo libre y libre está mi alma/ corriendo por mis huesos torrentes de verdades/ mientras riego con sangre mis primeras palabras”.

Cuando recuerdo a Javier, que fue hermano en la túnica blanca de las Cinco Llagas, la nostalgia despierta a diario del mañana al ayer, con legañas retrospectivas. Zaragoza ha acogido la presentación del libro ‘Covid Photo Diaries’. Se trata de un nuevo título de la colección Jalón Ángel. Los autores, todos fotoperiodistas, dedican esta publicación a Javier. La cita cultural tuvo lugar en el salón de actos del Edificio Grupo San Valero. Responde a una obra colectiva de ocho fotógrafos que muestra cómo se vivió la pandemia de la covid-19, a saber: Javier Fergo, Anna Surinyach, Isabel Permuy, José Colón, Judith Prat, Manu Brabo, Olmo Calvo y Susana Girón. Todos ellos, sin pensárselo dos veces, decidieron salir a la calle y contar lo que sucedía en las vidas de las personas. En diferentes contextos. Hospitales, familias, profesionales del sector sanitario, víctimas… Sin más dilación rompo una lanza a favor del archivo Jalón Ángel, cuyo objetivo aspira a formar parte de la historia de la fotografía desde el servicio cultural a la comunidad. Por tan laudable y plausible razón, además de las exposiciones e investigaciones que proponen cada dos por tres, también apoyan incondicionalmente la producción fotográfica contemporánea, desde diferentes ángulos, enfoques y objetivos.

Esta necesaria iniciativa ha sido coordinada por Judith Prat. Los padres de Javier, Charo y Antonio, estuvieron presentes en el acto. Fue Pilar Irala, directora de la colección y moderadora de este encuentro, quien leyera una carta escrita ex profeso para la ocasión por Laura, la hermana de Javier. Laura, en la voz de Pilar, expresó que “el proyecto que Javi ideó para ‘Covid Photo Diaries’ refleja el alma de mi hermano, él quería dar visibilidad a esas personas invisibles. Javi nos contaba sus conversaciones con inmigrantes o personas sin techo, de los que siempre hablaba desde el respeto y con su lente los retrataba con dignidad. Mi hermano me contaba semanas antes de fallecer que había encontrado su propósito de vida, que era dar la voz a los que no la podían alzar, que es exactamente lo que su cuadernillo en este libro refleja. En su corta vida, Javi nos dio mucho, mucho amor, risas, respeto y la delicadeza de su mirada que se conserva a través del gran legado que es su colección audiovisual. Estaba orgulloso de participar en este libro y su familia, en su nombre, os agradece que se lo dediquéis”. ¡Va por él: un beso al cielo!

Ocho fotógrafos dan testimonio gráfico de cómo se vivió la pandemia con la obra COVID Photo Diaries Septiembre, 20, 2024

La Universidad San Jorge presentó este jueves en el Edificio Grupo San Valero el nuevo título de la colección de fotografía Jalón Ángel, COVID Photo Diaries. Se trata de una obra colectiva de los fotógrafos Anna Surinyach, Isabel Permuy, José Colón, Manu Brabo, Olmo Calvo, Susana Girón, Javier Fergo, fallecido en 2022, y Judith Prat, quien se ha encargado además de coordinar la obra.

En la presentación participó Anna Surinyach, Susana Girón, José Colón y Judith Prat, a quienes acompañó en la moderación Pilar Irala, docente de la USJ y directora del Archivo Jalón Ángel.

COVID Photo Diaries es el testimonio de estos ocho fotógrafos que decidieron salir a las calles de sus ciudades y visitar infraestructuras críticas para documentar la pandemia, la respuesta social, los diferentes modelos de organización, pero sobre todo la cotidianeidad de las personas que de un día para otro se vieron arrastradas al aislamiento, el encierro, la soledad, la enfermedad y, en muchos casos, la muerte.

Todos los fotógrafos de la publicación, acostumbrados a moverse en zonas en conflicto, decidieron mostrar una realidad de la pandemia en su entorno más próximo: Anna Surinyach siguió el día a día durante tres meses en un hospital, Susana Girón arrojó luz sobre lo que ocurría en entornos rurales, o Judith Prat, quien se focalizó en los cuidados, el servicio público sanitario, sus fortalezas y debilidades.

Jose Colón puso de relieve que, a diferencia de cubrir otro tipo de crisis, como un conflicto armado o el drama de los flujos migratorios, aquí subyacía un miedo personal a contagiarse y ser agente del COVID, miedo a convertirse en parte del problema. Por su parte, Surinyach recordó cómo aplaudíamos a los sanitarios, pero que muchos de ellos luego sufrieron el rechazo de sus vecinos cuando volvían a sus casas o se contagiaban por hacer su trabajo, poniendo en riesgo su seguridad y la de sus seres queridos. Asimismo, Susana Girón, que contó cómo tuvieron que sacar a su padre de un centro de día para encerrarle aislado, paradójicamente, para protegerle.

Pilar Irala se interesó por conocer cómo vivieron este trabajo. José Colón confesó que ha sido una de las experiencias más increíbles que ha documentado. Surinyach destacaba la paranoia que sentían al tratarse de algo invisible; Judith Prat también reconoció la intensidad emocional del momento, pero marcó distancias con otro tipo de contextos en los que ha trabajado, como los conflictos armados.

En el tramo final de la presentación, los autores confesaron que, aunque no fueron plenamente conscientes en el momento, sí que hubo censura e impedimentos para acceder a determinados lugares: morgues, urgencias, cementerios… zonas a las que no se permitió el acceso o este se demoró mucho.

Los participantes en este evento recordaron también cómo vivían su día a día entre ellos, con las clásicas videollamadas en las que compartían sus descubrimientos, impresiones y emociones diarias. Fue este el momento de un recuerdo más intenso para Javier Fergo, fallecido a los 42 años en 2022, y que centró su mirada en uno de los colectivos más olvidados y silenciados: los migrantes.

Recordó José Colón que, en pleno trabajo de documentación de la pandemia, le preguntó a una señora mayor “¿Para qué sirve recordar?”, a lo que ella contestó que “Recordar es volver a vivir”, y así cerró el acto Anna Surinyach, con un recuerdo para Javier: recordar a Javier es volver a vivirlo.

ENCIENDE CUENCA-COM. Premio nacional de edición universitaria para el ‘Frankenstein’ de la UCLM. UNE Junio, 25, 2023
EL ESPAÑOL-COM. ¿Qué gran institución de Castilla-La Mancha ha ganado el Premio Nacional por Frankenstein? UNE Junio, 23, 2023
NOVACIENCIA-ES. El ‘Frankenstein’ coeditado por la UCLM obtiene un Premio Nacional de Edición Universitaria. UNE Junio, 22, 2023
LA COMARCA DE PUERTOLLANO-COM. El ‘Frankenstein’ coeditado por la UCLM obtiene un Premio Nacional de Edición Universitaria. UNE Junio, 22, 2023
USJ-ES. La USJ gana el Premio Nacional de Edición Universitaria en su categoría “Mejor coedición interuniversitaria” por el libro «Frankenstein o el Prometeo moderno». UNE Junio, 22, 2023
UCLM-ES. El ‘Frankenstein’ coeditado por la UCLM obtiene un Premio Nacional de Edición Universitaria. UNE Junio, 22, 2023
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Maiakovski Julio, 29, 2022

Gracias a una magnífica edición de las Universidades de San Jorge, Castilla-La Mancha y Cantabria disfruto con la lectura de Para la voz, una selección de poemas con los que Vladimir Maiakovski fundó el movimiento futurista en Rusia.

Originalmente, aquella novísima vanguardia procedía de Italia, siendo Marinetti su principal apóstol.

A principios del siglo XX, Marinetti creía que la revolución industrial y la consagración de la máquina como sinónimo de progreso estaban cambiando sustancialmente las sociedades modernas, tanto como para que también lo hicieran sus expresiones artísticas. Atrás, lejos de las rabiosas vanguardias debían quedar forzosamente las antiguas convenciones de ritmo y rima, para incorporar a la poesía los mismos o parecidos mecanismos que regían la actividad fabril, una cadena de producción, el golpe del émbolo, el matrimonio de los tornillos con las tuercas… (Uno de los poemas más famosos de Maiakovski se inspiró en una historia de amor entre un torpedero y una torpedera).

En un plano político, el futurismo literario ruso relacionó muy pronto las innovaciones estéticas de Marinetti con las ideas políticas de Lenin.

La revolución del proletariado soviético debería ir, según Maiakovski, El Lisitski y otros artistas bolcheviques, pareja a una renovación total del lenguaje literario. Los estilos de Tolstoi, Dostoievski, Turguenev o Andreiev, a los que Maiakovski y sus amigos consideraban autores del pasado, serían sustituidos por la escritura automática y la reivindicación política.

Los poetas deberían dirigirse a los soldados, a los marineros, a los obreros, con poemas impactantes, que les removieran las entrañas y reforzasen su fe en las conquistas sociales. Pero no solo las palabras eran nuevas. También la manera de expresarlas, sus formas, los colores de las tintas, el tamaño de las letras, el diseño de las estrofas, la variedad de los tipos... Igualmente, en la puesta en escena de los nuevos poetas sus recitales rechazaban el tono clásico de engolados rapsodas de una poesía decimonónica que jamás debería regresar a una Rusia revolucionaria, para abrir puertas a la propaganda y al grito.

La poesía, como más tarde diría en España Gabriel Celaya, había pasado a ser «un arma cargada de futuro».