En su novela El cielo protector, Paul Bowles distingue entre el turista y el viajero. Mientras el turista siempre sabe cuándo y cómo volverá a su hogar, el viajero se lanza a la aventura sin conocer exactamente ni su ruta ni siquiera si algún día regresará a su casa. En el mundo antiguo, el viaje tenía siempre un punto de descubrimiento, un componente intrínseco de aventura motivada por las condiciones de los desplazamientos y, muchas veces, por el desconocimiento de los lugares a los que el viajero pretendía arribar. El viaje en la Antigüedad fue el tema del que se ocupó el V Coloquio Internacional de Historia Antigua Universidad de Zaragoza, que se celebró entre los días 4 y 6 de junio de 2009 en la Biblioteca de Humanidades María Moliner de la Universidad de Zaragoza bajo el título Viajeros, peregrinos y aventureros en el mundo antiguo. En él participaron estudiosos procedentes de diversas universidades y centros de investigación españoles y extranjeros: Münster (Alemania), Ohio (Estados Unidos), Foggia (Italia), CSIC de Roma, Málaga, Vitoria, Salamanca, Madrid, Alcalá de Henares, Barcelona y Zaragoza. Desde diversas perspectivas todos ellos abordaron el tema del viaje y el viajero en la Antigüedad, y este volumen recoge las comunicaciones presentadas durante el coloquio, celebrado como viene siendo habitual con carácter bienal.(Salto a sitio externo para ver el artículo completo)