Existe un amplio debate en el ámbito de las Ciencias Sociales sobre cuándo se conocen mejor las fortalezas, la solidez y la calidad de las instituciones sociales: si en contextos de normalidad o en situaciones excepcionales de crisis. El mundo atraviesa fuertes inercias de cambio a todos los niveles desde hace décadas, aunque éstas se han agudizado más tras la crisis sanitaria del año 2020. Entre estas cuestiones, por mencionar las más urgentes, se encuentran las políticas del clima, la gestión de la salud individual y colectiva, la igualdad de género, la fuerte polarización social y política, así como las nuevas formas de agencia y socialización que surgen en este nuevo contexto intensamente atravesado por la incertidumbre. Lejos de documentar con pesimismo esas emergencias, este libro trata sobre algunas de ellas desde diferentes ángulos, planteando teorias a partir de ejercicios que unen esa teoría con la práctica.
El presente libro se organiza en torno a tres bloques temáticos, todos ellos elaborados a partir de la metodología cualitativa. El primero de ellos, titulado «Vida cotidiana, cambio social y COVID-19», reflexiona tanto sobre las formas en las que la crisis sanitaria modificó los estilos de vida de la población vasca, como sobre las diferentes estrategias movilizadas para agenciarse en un contexto atravesado por los límites y las restricciones a la sociabilidad. El segundo, que se articula en torno a la caracterización de «Identidades emergentes», nos pone frente a dinámicas de subjetivación que luchan por institucionalizarse en contextos atravesados por distintas formas de exclusión y precariedad. El tercer y último bloque, que lleva por título «Nuevas formas de subjetividad», agrupa textos que especulan sobre la relación entre agentes humanos y no humanos, la configuración de la naturaleza en el orden cotidiano, así como sobre diferentes agencias para visibilizar realidades que se encuentran en los márgenes de la sociedad normal.