El objetivo de esta obra es analizar la evolución de la Economía española y las políticas económicas de los distintos Gobiernos de España durante un periodo decisivo en nuestra Historia contemporánea, en el que las decisiones de los actores políticos y sociales condicionaron el futuro de nuestro país durante muchas décadas.
La crisis económica de 1929 y la Gran Depresión de los años treinta del siglo XX sacudieron los cimientos económicos y sociales en los que parecía asentado el mundo occidental. A pesar de que, al inicio de la década, España se vio menos afectada que otros países, la depresión internacional condicionó en buena medida nuestra evolución política, económica y social.
Esta obra analiza, con los datos macroeconómicos más recientes, el impacto comparativo de la Gran Depresión en España y en otros países europeos, junto con las políticas comerciales, monetarias y fiscales que adoptaron para afrontar la crisis económica. Al estudiar las políticas económicas de la Segunda República se ha hecho especial hincapié en las políticas agraria, fiscal, monetaria y de comercio exterior. Dentro del gasto público, se consideran con detalle, por su relevancia ideológica tras la llegada de la República, las políticas de reforma agraria, de educación y de defensa, y también otras, como la de seguridad ciudadana, que el deterioro del orden público obligó a incluir en las prioridades en el gasto del Estado.
La ortodoxia económica prevaleció en las respuestas de los Gobiernos republicanos frente a la depresión internacional, a pesar de que otros países se fueron apartando de esa orientación ortodoxa al ser muy dañadas sus economías por la crisis mundial. De otra parte, se aprecia una notable continuidad en las políticas fiscales y monetarias de todos los gobiernos de la Segunda República.
En 1935, con los datos macroeconómicos antes citados, España podía considerar superada la crisis económica. La coalición de gobierno de centro-derecha contaba con una amplia mayoría parlamentaria hasta Noviembre de 1937 y estaba poniendo en marcha importantes proyectos para alcanzar el equilibrio presupuestario, promover el desarrollo económico, crear empleo y reformar la Constitución y la ley electoral. Iniciativas que hubieran dado mayor estabilidad a la República. Y, sin embargo, el sectarismo político, el egoísmo social y la irresponsabilidad de algunos dirigentes frustraron esas expectativas y privaron a nuestra Patria de una gran oportunidad de futuro, llevando a España a la gran tragedia de la Guerra Civil.