La obra inédita de Felipe Frutos, soldado en las guerras de Cataluña de los años 1690 y hermano coadjutor de la Compañía de Jesús en 1701, es una fuente excepcional para comprender la visión «desde abajo» de un mundo que se extendía de Roma a Acapulco.
En 1711, en el gélido invierno de Madrid, Felipe Frutos se sentó a redactar su vida, aunque sin esperanzas de verla publicada. ¿Por qué tomaría la pluma? Para quien había sido un pequeño y pícaro campesino de la región de Segovia, las experiencias se habían acumulado y su protagonismo se había paseado de España a Nueva España, atravesando el sur de Francia hasta llegar a Italia. De barco en carruaje o a lomo de mula, había vivido insólitas aventuras en tiempos de miseria y de frío, mil facetas que se plasman en una escritura muy propia. Frutos escribe como es: jocoso, inventivo, autodidacta.
El estudio y edición anotada de su diario, que abarca los años 1674 a 1711, y de su «Relación sucinta de las propiedades de los indios mexicanos», redactada en 1722, hacen de este volumen una fuente excepcional para comprender la visión «desde abajo» de un universo que se extiende de Roma a Acapulco, por el que desfilan algunos de los más relevantes personajes y sucesos históricos del período, entrelazados con la percepción personal de Frutos hacia castellanos, catalanes, romanos e indios.
Thomas Calvo es profesor emérito de la Universidad de París Nanterre y profesor investigador del Colegio de Michoacán (México). Fue director del Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos (MAE/CNRS). Anteriormente ha publicado «Espadas y plumas en la Monarquía hispana. Alonso de Contreras y otras Vidas de soldados (1600-1650».