Un reconocimiento al valor de la escultura gótica valenciana de la mano de dos especialistas en historia del arte.
La escultura gótica valenciana conforma un capítulo prácticamente inexistente hasta ahora en la historiografía del arte valenciano. La idea de que la escultura gótica valenciana era irrelevante frente a las otras artes estaba generalizada. Importantes escultores y/o talleres como los de Pere de Guines, Bertomeu Santalínea, o Carles Gonçalbez, han sido ignorados. Algunas piezas de decisiva importancia como el techo de la Sala Dorada de la Casa de la Ciudad de València y muchas otras de difícil acceso carecían de las fotografías adecuadas, o de levantamientos 3D. Las piezas mal catalogadas, incluso en museos de referencia, son numerosas. El desconocimiento de este episodio es particularmente lamentable porque su excelencia artística es similar a lo acontecido en la arquitectura y en la pintura coetáneas. De hecho, la historia de la escultura gótica es difícilmente separable de la simultánea historia de la arquitectura. Su proximidad a la orfebrería y a la pintura es igualmente relevante. Proponer un primer relato sobre el desarrollo del episodio escultórico gótico valenciano y poner en circulación sus imágenes, es la intención de este libro.