Este libro (Premio Archivo Hispalense 1973) consiste en un estudio sobre la arquitectura y los arquitectos que trabajaron para el rey Alfonso X el Sabio y los personajes de su entorno durante la segunda mitad del siglo XIII en la ciudad de Sevilla. Partiendo de las fuentes documentales, gráficas y monumentales se analizan, en conjunto, las fundaciones alfonsíes, sus características generales, los artífices de sus edificios, el gremio de alarifes y su organización, la representación de los diferentes tipos arquitectónicos en las miniaturas de las Cantigas de Santa María, y finalmente, los edificios mismos entre los que se encuentran las Reales Atarazanas, el palacio gótico del Alcázar y la torre de Don Fadrique, dentro de la arquitectura civil, o los templos de Santa Ana de Triana y San Gil de la Macarena, dentro de la arquitectura religiosa. En suma, una monografía sobre los comienzos de la arquitectura cristiana en Sevilla, después de 1248, donde predominan las formas góticas y son perceptibles, al mismo tiempo, las formas islámicas del primer arte mudéjar.