Los Ruiz Florindo constituyen un linaje de maestros de obras y arquitectos de Fuentes de Andalucía cuya actividad se desarrolla a lo largo de todo el siglo XVIII. Su obra, que abarca diferentes escalas y tipos, se vincula inicialmente a la comarca de la Campiña sevillana para extenderse, cuando adquieren fama regional, a diferentes lugares del occidente andaluz. Pese a una formación eminentemente tradicional, basada en la experiencia laboral y el aprendizaje familiar en el oficio, su producción conocida, tanto en aquella documentada como en la que cabe atribuir a estos artífices, manifiesta una personalidad y dinamismo de extraordinaria calidad. Se fundamenta en el uso del ladrillo cortado y tallado como material preferente, y en un lenguaje basado en la perduración de elementos arquitectónicos diversos de la tradición constructiva, que ellos utilizan con sorprendente libertad para la composición fachadas y alzados. Así, aunque ligados al barroco del s. VIII de Écija y su comarca, el influjo de su obra se manifiesta con claridad en las localidades y territorio donde trabajaron, y supone una aportación singular al patrimonio de la arquitectura barroca de Andalucía.