La celebración del Día del Libro, este 23 de abril 2009, festividad de San Jorge, patrón de Aragón y de la Caballería, y conmemoración de la muerte de Miguel de Cervantes, el gran escritor que quiso acabar -aunque sea casi una metáfora- con las novelas de caballerías, representa la mejor fecha posible para emprender nuestra particular cruzada contra la ignorancia por medio de la promoción de los libros y la lectura.
Desde la Unión de Editoriales Universitarias Españolas (UNE) creemos que es necesario, cada vez con mayor insistencia, reivindicar el valor del libro en el proceso de aprendizaje, así como luchar por el respeto a los derechos de autor. Desde la Universidad, como máxima institución responsable de la educación y la investigación superior, hemos de trabajar para que el libro sea un objeto accesible, atractivo, bello, cálido, cercano, curioso, hermoso, maravilloso, necesario, sencillo, útil y cuantos atributos contribuyan a que cumpla su función última: ser el mejor vehículo para trasladar la palabra y el conocimiento que ha sido capaz de generar un ser humano para compartirlo con sus congéneres.
Las universidades españolas publican alrededor del 7 por ciento del total de los títulos que se editan en España y, en consecuencia, ocupan un papel importante en el panorama editorial nacional. Además, su prestigio va en aumento, sobre todo en los países latinoamericanos, así como en Europa y en Estados Unidos de América, donde el libro universitario español empieza a tener un espacio cada vez mayor en las bibliotecas universitarias. Por si esto fuera poco, las editoriales universitarias son editoriales de fondo; es decir, que no buscan que sus libros se vendan al poco tiempo de salir al mercado, sino que se editan con el propósito de que tengan una vida más amplia y su aprovechamiento social se expande a lo largo de varios años.
La UNE, consciente de la importancia y del valor de los libros que se publican desde las universidades, pide el reconocimiento que le corresponde a la edición universitaria como elemento clave en la transmisión del conocimiento científico que se genera en nuestro campus y como pieza fundamental de apoyo en la educación superior. Por ello, desde la UNE pedimos a las Administraciones Públicas un tratamiento igualitario a la hora de valorar las publicaciones universitarias, exigiendo un baremo que sólo tenga en cuenta criterios objetivos de calidad y que se aplique a todos los editores. Sólo así, desde una evaluación objetiva e igualitaria, se logrará preservar y promover la importante contribución que las Universidades, a través de sus servicios de publicaciones, realizan a favor de la generación y extensión del conocimiento científico en todos sus ámbitos.