La casa se define en el diccionario como un término polisémico, es el espacio para habitar, pero también se refiere a un régimen de vida, incluso alude a la idea de agrupación familiar, o a un establecimiento mercantil o industrial. Y es que la casa ha sido, y sigue siendo, lugar de protección, afectos, cuidados, espacio de reproducción y también de trabajo o producción. Este trabajo de investigación ahonda en la idea de la vivienda productiva (o la casa como lugar de trabajo) ya que tiene importantes repercusiones sociales, económicas y medioambientales.
En contraste con el modelo de vivienda productiva, el modelo de urbanización durante las últimas décadas ha facilitado la segregación de las actividades cotidianas de las personas. Las causas de la «obsolescencia» de estos desarrollos residenciales tienen que ver en gran medida con las tipologías de vivienda. Al tratarse de un proceso controlado y dirigido por el estado y los mercados, éstas son relativamente unitarias, obedeciendo a un modelo de familia concreto y a una serie de normas y regulaciones desarrolladas a partir de la década de los cincuenta.
El escenario provocado por la pandemia refleja las carencias existentes respecto a la falta de diversidad de modos de vivir los hogares. La producción de vivienda demanda adaptabilidad y versatilidad de sus piezas programáticas, espacios de relación con el exterior, fortalecimiento de pertenencia comunitaria, etc. Frente a las dinámicas dispersas del trabajo en la ciudad segregada del movimiento moderno, la idea de la vivienda productiva ofrece esas alternativas en cuanto al modelo de movilidad, la conciliación familiar, la política de cuidados y, por supuesto, en cuanto a la espacialidad y la tipología de vivienda que habitamos.
Esta investigación analiza los desafíos y las oportunidades que ofrecen estas espacialidades del trabajo insertadas en el espacio doméstico, y se exploran nuevos tipos arquitectónicos y urbanismos que comparten lo doméstico y lo productivo. Casos de estudio de diferentes escalas y connotaciones, pero basados en estrategias diversas, que se agrupan aquí en seis familias o grupos. Cada uno de estos grupos constituye un sistema, una fórmula de implementar la capacidad productiva, de devolver lo industrial, a la vivienda.
Por último se han obtenido una serie de reflexiones sobre la capacidad del marco normativo existente en el campo del desarrollo de la vivienda en Euskadi, para poder dar cabida a cada uno de los mecanismos estudiados. Se visualiza así o bien su viabilidad, o bien los cambios necesarios en la normativa actual para poder llevar adelante modelos de vivienda productiva en la Comunidad Autónoma Vasca.