La Quimera del usuario, de Enrique Alonso, fue concebida originalmente como un manual de autodefensa para habitantes incautos de la era digital. La necesidad de inlcuir partes de la historia de los acontecimientos recientes y algo de la infraestructura técnica de la Red ha hecho de esta obra algo que va más allá de un manual, aunque conserve su espírítu. Se trata de aprender cuáles son nuestros derechos y a defenderlos con eficacia ante gigantes capaces de mirar de tú a tú a nuestros gobiernos.
Negarse a aceptar los hechos, conformarse con la posibilidad de ser un simple usuario lleva a la renuncia dulce de algunos de los derechos civiles heredados de las luchas sociales de los siglos XIX y XX. Se trata de formar la conciencia política y tecnológica del ciudadano para rearmarse de nuevo y avanzar en una dirección, la del progreso, que ahora no pasa por sus mejores momentos.