Frente a los eslóganes grandilocuentes e inoperantes de apocalípticos y de integrados, el editor debe adoptar una actitud prudente, creativa y valiente que sepa aprovechar las infinitas posibilidades que las nuevas tecnologías aportan al sector del libro, liderando sin miedo los cambios que se necesitan y buscando un modelo de negocio rentable para el nuevo entorno digital. Seguir leyendo el artículo completo en la revista TELOS