P. Su conferencia en estas jornadas tratará sobre el acceso a los libros electrónicos desde las bibliotecas. ¿Cuál es la oferta de libros digitales de las bibliotecas universitarias españolas en la actualidad?
R. Las bibliotecas universitarias tienen a su disposición una elevada cantidad de libros electrónicos, ya que los editores internacionales no han tenido dificultades para ofrecer sus libros de la misma forma que sus revistas, esto es, a través de sus propias plataformas. Sin embargo, la oferta de libros electrónicos de contenidos científico en español sigue siendo menor de la deseada.
P. ¿Qué características tiene esa oferta?
R. Fundamentalmente se trata de libros en formato pdf, ya que se actúa como en las revistas científicas; los libros se suelen ofrecer por capítulos, cada uno en un pdf, que siguen limitándose en su mayoría al mismo diseño de la edición impresa.
P. ¿Cuáles son los mayores retos que han tenido que afrontar las bibliotecas para adaptarse al libro digital?
R. En las bibliotecas universitarias la adaptación está siendo sencilla, ya que teníamos la experiencia de las revistas electrónicas. Los retos están siendo la obtención de presupuestos para la adquisición, así como la integración de todos los recursos bibliográficos en una única fuente de consulta.
P. ¿Qué ventajas e inconvenientes tiene para la biblioteca el trabajo con el libro digital?
R. El libro electrónico es un recurso perfecto para cualquier profesor, investigador o estudiante universitario. Las posibilidades de acceso remoto, de consulta simultánea, de lectura en diferentes dispositivos o de liberación de espacios físicos convierten al libro electrónico en un recurso estratégico para las bibliotecas. Los principales inconvenientes vienen de la industria editorial, que pretende imponer sistemas cerrados para la distribución y que emplea modelos de adquisición o suscripción poco convenientes para las bibliotecas.
P. ¿Y para el alumno y el investigador?
R. Los libros y las revistas digitales son recursos básicos para la universidad. Tener la biblioteca al alcance en cualquier momento y desde cualquier parte es una realidad de valor innegable. El inconveniente es que la integración está siendo lenta, por los problemas presupuestarios y la indefinición de los modelos comerciales.
P. ¿Qué prefieren los usuarios: papel o digital? ¿Perciben alguna evolución en cuanto a estas preferencias en los últimos años?
R. El debate papel-digital ya no tiene sentido: un libro es un libro, independientemente de su formato. En las universidades ambos tipos están conviviendo con normalidad, aunque la previsión es que se multiplique el número de los libros digitales, tal y como ocurrió con las revistas. En las bibliotecas públicas habrá un balance entre impreso y electrónico, pero en el ámbito universitario el formato digital será preferente.
P. ¿Puede decirse que la adquisición de libros digitales está desplazando a la compra de obras en papel por parte de las bibliotecas universitarias?
R. Las bibliotecas queremos libros electrónicos. Habrá cada vez más libros digitales, porque el formato no es lo importante. La selección se hace por el contenido, no por su formato. Un ejemplo es el de la Universidad de Salamanca, que ha aprobado una partida extraordinaria en 2014 para la adquisición de libros electrónicos; por una parte, queremos volver a un volumen de adquisiciones que habíamos perdido y, por otra, incrementar los contenidos de nuestra plataforma de préstamo bibliotecario de libros digitales (http://cielo.usal.es ).
P. ¿Ha cambiado el libro digital el rol de la biblioteca?
R. El libro electrónico está dando impulso a las bibliotecas. Las bibliotecas siguen siendo facilitadoras de contenidos, pero además ahora prestan servicios más allá de sus edificios. No cambia el rol de la biblioteca, sino que se amplía y supera. Las bibliotecas están deseando ofrecer libros electrónicos. Cuando se normalice la situación económica, se generalizará el uso del libro digital, ya que la tecnología está resuelta, sobre todo gracias a las plataformas de acceso y préstamo