La literatura nos acompaña desde que nacemos a través de los cuentos, las nanas, el teatro de títeres... La primera infancia es una etapa clave en nuestra relación con la literatura porque es entonces cuando conformamos nuestros primeros hábitos y actitudes hacia ella. En principio a todos los niños les gusta la literatura, y la labor del maestro debe orientarse a potenciar y desarrollar esa afición natural. Para ello resulta fundamental que los niños no solo sean oyentes o lectores de literatura, sino también productores, autores, creadores. (Seguir leyendo)