Al abordar la relación entre la ciencia actual y la tradición humanista, lo primero que advertimos es la complejidad y problematicidad inherentes a la misma. No obstante, pese a que sean estos los rasgos que la caracterizan, no dejamos de comprender también de inmediato que se trata de una vinculación cuya naturaleza última es muy poco conocida, pero sobre la que estamos necesariamente abocados a reflexionar. Sabemos que, querámoslo o no, hemos de ocuparnos de ella, pues, a la vista de las tragedias que lastran nuestro presente, no nos resulta difícil asumir que es la propia supervivencia de nuestra cultura y, por tanto, la de quienes la construyen y viven en ella, lo que está cada día en juego a través de la mencionada relación entre los más preciados valores que nuestra tradición humanista ha aportado y los embates a los que la pujanza científico-técnica somete continuamente a la realidad.