Es evidente que llevamos unos años inmersos en un mundo nuevo determinado por la revolución de la información y la comunicación a través de Internet, un salto cualitativo para la cultura humana que todavía no podemos apreciar con suficiente precisión por no tener suficiente distancia y a la vez ser objetos de la propia revolución cultural. Para la edición académica y universitaria es un gran reto situarse adecuadamente en este nuevo entorno que ha creado un ecosistema digital del conocimiento, para algunos autores como Nicholas Negroponte irreversible, y sinceramente creo que la UNE va por buen camino con las nuevas directrices que han surgido en los últimos tiempos. Lea el artículo completo en Unelibros Otoño 2014, pág 25