El Conde de Santisteban. De menino a virrey del Perú (1607-1666)

Diciembre, 27, 2024

Diego de Benavides es una figura clave para comprender la segunda mitad del reinado de Felipe IV. Sus méritos militares y diplomáticos le llevaron a ascender en puestos estratégicos como capitán general de Galicia, virrey de Navarra y, al final de su vida, como virrey de Perú

El Conde de Santisteban. De menino a virrey del Perú (1607-1666)
El Conde de Santisteban. De menino a virrey del Perú (1607-1666)

‘El Conde de Santisteban. De menino a virrey del Perú (1607-1666)’ es el sexto título de la colección Biografías AH, firmado por el doctor en Historia de América y acreditado peruanista Ismael Jiménez Jiménez. La obra constituye uno de los ejemplos más relevantes para conocer la segunda mitad del reinado de Felipe IV. Como destaca en su prólogo el catedrático de la Universidad de Granada Miguel Molina Martínez, su contenido remite al largo periplo que durante el siglo XVII su actor principal, Diego de Benavides y de la Cueva (1607-1666), protagonizó desde su localidad natal, Santiesteban del Puerto, en Jaén, hasta la capital de Perú, Lima, donde falleció.

Inserto durante su niñez en la corte como menino, Diego de Benavides fue escalando en la administración de la monarquía hispánica gracias a la política de su padre y a sus buenos servicios. Así, el VIII Conde de Santisteban se empleó como soldado en la invasión del Piamonte, en la recuperación de Salces o en la rebelión de los portugueses. Sus dotes militares y su capacidad de negociación hicieron de este conde la persona idónea para ocupar la capitanía general de una Galicia frontera con el rebelde Braganza y para servir como virrey de Navarra en un momento de máxima tensión militar y diplomática. De esta manera, tras la firma de la Paz de los Pirineos, se le consideró una persona apta para pasar a las Indias en calidad de virrey del Perú.

Como alter ego de Felipe IV en Lima, el conde de Santisteban hubo de empeñarse en la reestructuración de la Real Hacienda, la reordenación de la percepción de tributos, una inspección remitida desde el Consejo de Indias y unas rebeliones internas de difícil solución. Además, Santisteban ejerció como virrey sosteniendo delicados equilibrios con los poderes locales del Perú, permitiendo la ocupación de cuotas de poder a estos y conservando la autoridad delegada del rey.

El gobierno de Santisteban en tierras peruanas fue afectado, asimismo, por un fenómeno de importancia creciente: la corrupción. El virrey fue consciente, en algunos casos participante, de que los ejercicios contra legem se habían asentado en el Perú y que sin herramientas punitivas trasladadas desde España difícilmente podían atajarse.

A la postre, tras casi seis años, fue transcurriendo el virreinato peruano de Santisteban y en su capital acabaría por fallecer y ser sepultado, dejando tras de sí una estela que recorrió buena parte de los escalones del cursus honorum de la monarquía hispánica.

Sobre el autor

Ismael Jiménez Jiménez es doctor con mención internacional y premio extraordinario en Historia de América por la Universidad de Sevilla (2016). Actualmente ejerce como profesor ayudante doctor de Historia de América en la Universidad de Sevilla, habiendo ocupado anteriormente la misma posición en las universidades de Valladolid y Cádiz.

Ha realizado estancias de investigación en la Pontificia Universidad Católica del Perú, la Universidad París-Nanterre y la Universidad de Granada. Así, sus líneas de investigación están centradas en el Perú virreinal, habiendo publicado numerosos trabajos en dos líneas: poder, instituciones y corrupción; Historia de la Iglesia, religiosidad popular y etnias.

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