La imagen de España en el extranjero se sustenta en un proceso metonímico. Se ha tomado una parte, la Andalucía de pandereta, para designar el todo, es decir, el resto de identidades del Estado español. El Romanticismo francés propició, con la aparición de la novela Carmen en 1845, el nacimiento de la espagnolade, un producto comercial y una etiqueta cultural usados para la transmisión de determinadas manifestaciones artísticas, literarias, pictóricas, musicales y cinematográficas basadas en una idea falsa y exagerada de España. Como un proceso ineludible, la imagen romántica de España también se ha desarrollado en los videojuegos.