En Cien abogados en el cine de ayer y de hoy Ernesto Pérez Morán y Juan Antonio Pérez Millán, reconocidos expertos en todo lo que tiene que ver con la gran pantalla, nos presentan en realidaduna variadísima galería con muchos más de cien abogados y de cien películas recogidos, aquí sí, en cien capítulos. La selección de obras es tan amplia y diversa que ofrece, más que una colección de historias de abogados de todas las épocas y de muchos países (aunque con un predominio claro del cine norteamericano), una historia de la sociedad, desde El proceso de Juana de Arco a Millennium. A pesar de ello, el lector, el espectador, puede comprobar que a mediados de los 60 ya se habían tratado todos los temas fundamentales del cine jurídico: la pena de muerte en No matarás, de 1959; la indefensión del ciudadano ante el sistema con la versión de Orson Welles de la obra emblemática de Kafka, El proceso, de 1962; los juicios políticos en Vencedores o vencidos, de 1961; el racismo en Matar a un ruiseñor, de 1962; o las estafas financieras tan de actualidad en La fuerza del destino, de 1948... Hay una gran variedad de tipos de abogados: el cínico colaborador con el poder establecido que encarna magistralmente Orson Welles en El proceso; el idealista inevitablemente derrotado, como el entrañable Gregory Peck de Matar a un ruiseñor; el abogado como simple pieza del engranaje del sistema en El crimen de Cuenca o En el nombre del padre; el triunfador sin escrúpulos al que importa más el dinero del cliente que el caso... Una larga lista que puede cerrarse con la observación de Juan Carlos Paradela, abogado y prologuista de la obra: posiblemente, el mejor entre todos los abogados que desfilan en ella no es un abogado sino un miembro del jurado, el extraordinario Henry Fonda en Doce hombres sin piedad.(Salto a sitio externo para ver el artículo completo)