Chandigarh. La expansión de la arquitectura moderna a escala global representó en ocasiones y principalmente en los países subdesarrollados un alejamiento figurativo del mundo físico, obviando e imponiéndose sobre las formas de habitar autóctonas. La arquitectura moderna era invitada a intervenir como un instrumento de transformación social en los núcleos urbanos, dando lugar a resultados vulgares y carentes de sensibilidad hacia las tradiciones, los valores y la identidad cultural y paisajística.
El caso de Chandigarh fue una excepción. Los rigores climáticos, el escaso desarrollo tecnológico y la escasez de materiales le obligaron al equipo de arquitectos liderados por Le Corbusier a construir con lo disponible y a crear un paisaje urbano resultado de la hibridación con las formas vernáculas. Se introdujeron algunos hábitos de vivir occidentales y se respetaron e incentivaron a través del diseño de las viviendas otros hábitos culturales. La sensibilidad hacia lo vernáculo les hizo comprender esta arquitectura como el testimonio material construido vinculado a un lugar, un pueblo y una tradición, que pretende definir la identidad de un territorio y sus factores de diferenciación cultural. Analizar los mecanismos de hibridación de ambas arquitecturas constituye el principal objetivo de esta investigación.