La transición española tuvo protagonistas notorios como el Rey don Juan Carlos o como Adolfo Suárez o Felipe González y sus respectivos partidos (UCD y PSOE). Pero hubo también otros actores más apartados de las candilejas, que realizaron una acción discreta, indispensable y preparatoria de los nuevos tiempos. Entre estos destaca Tácito, conjunto reducido de personas dedicado a posibilitar un cambio pacífico desde el franquismo a una democracia de corte occidental. Actuó como grupo de creación de opinión, de acción política y de gobierno.
Publicó entre 1973 y 1976 cerca de 180 artículos en una veintena de diarios españoles. Fundó el primer Partido Popular y propulsó el Centro Democrático. Muchos de sus miembros fueron estrechos colaboradores del presidente Suárez. Gran parte de las ideas vigentes en la Transición Democrática brotaron en Tácito y se potenciaron con otros grupos. Entre ellas las de unión entre los afines, las de moderación, pluralismo, diálogo y reconciliación. En especial Tácito perfiló esos dos grandes «inventos» de la Transición: el centrismo y el reformismo. O sea, la huida de los extremismos y un cambio equilibrado y paulatino hasta alcanzar una nueva Constitución, la de 1978.
Tácito fue defensor decidido de las libertades públicas para todos, del Estado de Derecho, del europeísmo y del autonomismo regional dentro de la unidad de España. Impulsado el Grupo por la ACNdP, que presidió Abelardo Algora, se inspiró en el humanismo cristiano, pero en su desarrollo siguió siempre una línea de independencia y aconfesionalidad. Fue el primero en propugnar la estrecha colaboración entre liberales, democristianos y socialdemócratas.
Por todo lo anterior se le puede considerar como el principal precursor del centrismo de UCD.