El volumen coordinado por Begoña Alonso compila aportaciones de diversos expertos en un largo recorrido por varios reinados castellanos
La relación establecida en los siglos XV y XVI entre el poder y el arte no fue algo monolítico y homogéneo, ni los Trastámara fueron los primeros en mostrar interés artístico, pero quizá sí lo fueron en evidenciar una «especial relación» con el arte, ya una relación cambiante al final de la Edad Media, iniciando unos comportamientos que serán heredados, matizados y «sublimados» por los Reyes Católicos y amplificados por la labor de promoción artística de sus prelados y nobles. El arte se convierte en signo de distinción social con un componente devocional, asistencial o cultural en sentido amplio, que observaremos cada vez en mayor número entre los hombres y las mujeres –cada vez mejor estudiadas– del periodo.
Con la llegada de la Casa de Austria, el Renacimiento y la imprenta, asistiremos a la aparición de nuevos matices en esta relación entre el arte y la Monarquía, como el peso de la emblemática asociada a la propaganda imperial o la diversificación de las intenciones promotoras. Veremos cómo el arte asociado a los monarcas es arte en palacio, pero también es arte de Corte, es una promoción que nos permite hablar del empleo del arte como espejo de poder, pero también de usos femeninos como nos recuerdan las mujeres Habsburgo, o de «gusto» artístico, el papel de los monarcas en la llegada de novedades artísticas, la imagen religiosa en la Contrarreforma, los préstamos e intercambios artísticos entre reyes y nobles o el peso de las sinergias familiares
Este libro está disponible en la web de la Editorial UC