Los colores inundan la política.
Con ellos se nombra, se insulta, se identifica, se marca, se exhibe, se simboliza, se emociona, se comunica, se mata, se vende y se viste la política.
Los colores inundan la política.
Con ellos se nombra, se insulta, se identifica, se marca, se exhibe, se simboliza, se emociona, se comunica, se mata, se vende y se viste la política.